Religión

Las monjas clarisas de Orduña y Belorado abandonan la Iglesia Católica

Han decidido ponerse bajo la tutela de Pablo de Rojas Sánchez-Franco, excomulgado en 2019 por la Diócesis de Bilbao tras haberse autoproclamado obispo de la capital de Bizkaia en representación de una ultraconservadora corriente cismática

Las monjas clarisas de Orduña y Belorado  abandonan la Iglesia Católica

Las monjas clarisas de Orduña y Belorado abandonan la Iglesia Católica / Santi Otero

NTM

mediados del siglo XX, Orduña era uno de los núcleos habitados –tanto a nivel provincial como regional y estatal– con mayor número de religiosas residiendo puesto que, además de jesuitas, contaba con comunidades de clarisas, Hijas de la Caridad, Compañía de María e, incluso, Carmelitas Descalzas. Unas se dedicaban a la vida contemplativa y otras a impartir enseñanza y cultura o al cuidado de enfermos. Pero la presencia de estas congregaciones fue desapareciendo, poco a poco, hasta quedar únicamente los Padres Josefinos de Murialdo y un pequeño grupo de seis hermanas clarisas que retornaron en 2020 al convento de Santa Clara tras casi dos décadas cerrado.

Fue en octubre de ese año cuando su obispo, monseñor Juan Carlos Elizalde, celebró la primera eucaristía y en febrero de 2021 terminó la construcción de un obrador. A la vida contemplativa de oración y silencio se unió la labor diaria de elaborar y vender sus famosos dulces. “La gente comenzó a ir hasta el convento para comprarlos y luego empezaron a poner un puesto en el mercado que se monta los sábados en la Foru Plaza”, comentaba ayer martes una vecina, a escasos metros de ese lugar. “Yo he comprado magdalenas, rosquillas, pestiños, trufas... Está todo buenísimo, como todos los dulces de monjas”, añadió para después reconocer estar “sorprendida” por la noticia que ha hecho a esta congregación de religiosas, junto a la existente en Belorado (Burgos), protagonista de la actualidad informativa por su decisión de abandonar la Iglesia Conciliar y ponerse bajo la tutela de Pablo de Rojas Sánchez-Franco, excomulgado en 2019 por la Diócesis de Bilbao tras haberse autoproclamado obispo de la capital de Bizkaia en representación de una ultraconservadora corriente cismática.

Simpáticas y agradables

Conmigo han sido siempre encantadoras. No entiendo lo que ha pasado, pero por mí pueden hacer lo que les dé la gana y seguir al Papa que quieran”, comenta sobre la polémica que está causando revuelo en la ciudad vizcaina. Bajo los soportales de la Foru Plaza, otras dos mujeres orduñesas no eran tan condescendientes con la drástica e inesperada postura de las clarisas. “Parece que están algo revueltas las monjasQuieren hacerse con propiedades y luego no pagar por ellas”, aseveró una de ellas para después calificar el comportamiento de las integrantes de la actual congregación asentada en Orduña como “muy moderno, porque las clarisas de antes no salían, no se las veía”. Y tras las noticias que están llegando ahora sobre ellas, lo tiene claro: “Parece que les gusta más hacer negocio que la caridad y la hermandad”.

Y es que, todo parece indicar que el motivo del cisma está una operación inmobiliaria relacionada con dos propiedades de la congregación: el Monasterio de Derio y el convento de Santa Clara. En el comunicado de prensa emitido el lunes, la comunidad de clarisas de Belorado y Orduña denunciaron sufrir “persecución” y acusaron a las altas esferas eclesiásticas de la Santa Sede de no querer concederles la “licencia de venta del convento de Derio”, que es de su propiedad. Esta negativa, aseguran, no les permite “cumplir con los pagos” del monasterio de Orduña, que quieren adquirir. “Me he enterado del lío esta mañana por las noticias de la radio y la prensa y por las redes sociales”, decía sobre la polémica otro vecino de Orduña. “Suena todo a película. Parece que detrás hay una especie de especulación inmobiliaria, pero van a dejar la Iglesia católica para seguir e irse detrás de un visionario. Es un tema muy complicado”. A su lado, un amigo es contundente: “Suena a secta”.

Y tras esta escisión de las clarisas de la Iglesia Conciliar, dos nombres suenan con fuerza: el excomulgado Pablo de Rojas Sánchez-Franco y la abadesa de Belorado, sor Isabel. “Creo que entre los dos han vendido la moto al resto. La mayoría de las hermanas de Orduña son muy jóvenes y todas muy simpáticas. Pasean por los alrededores del convento y, si te cruzas con ellas, te saludan. Me gustaría saber si todas están de acuerdo con lo que está pasando”. Es la pregunta que muchos se hacen y que, de momento, no tiene aún respuesta.