Amarillo 13: la banda ourensana que desafía a la mala suerte

Marcos Ferreiro, Diego Domínguez y Fabián Carreiro son los integrantes del nuevo grupo, que une pop, guitarras duras y electrónica

Marcos Ferreiro, Diego Domínguez y Fabián Carreiro, en el local de ensayo.

Marcos Ferreiro, Diego Domínguez y Fabián Carreiro, en el local de ensayo. / Iñaki Osorio

Dos negativos hacen un positivo. El espíritu de la banda Amarillo 13 se explica con esa regla matemática, como bien explican sus integrantes: “Las canciones parten de un lugar de desamor o desafección política y social, pero tienen un rollo optimista, siempre se habla de una posibilidad”. Marcos Ferreiro, Diego Domínguez y Fabián Carreiro son los responsables del grupo musical, que empiezó este mes de abril a dar sus primeros pasos.

Los tres llegan a este proyecto curtidos, después de múltiples experiencias en otras bandas. “Yo estuve en varios grupos, incluso de versiones. Diego tuvo El Paso hace años, tuvo sus aventuras en Madrid, en musicales... Y Fabi también venía de otros proyectos. Y decidimos montar esto y a ver qué pasaba”, explica Marcos. Diego regresó a la provincia en 2021 desde Madrid, donde vivió durante años, y la idea del grupo fue cogiendo forma. “Primero estábamos Marcos y yo, y luego llegó Fabi”, apunta.

Cada uno llega desde un estilo musical distinto, pero lo que podría ser un problema se ha convertido en emblema de la identidad de Amarillo 13. “Lo nuestro es un estilo personal”, asegura Diego. “Nos completamos muy bien, Fabi es bajista, pero tiene un componente electrónico que nosotros no tenemos, Marcos tiene unas guitarras muy duras que contrarrestan conmigo, que soy muy popero”, detalla. “Él es más claro, yo soy el lado oscuro del guitarreo”, añade Marcos.

La composición de las canciones es cosa de Diego. “Yo traigo los acordes y la letra, compongo a partir de una melodía. La letra puede aparecer a partir de un tweet que veo un día, por ejemplo. La última canción que hicimos, ‘Vivimos en la corteza’ bebe de eso. Hice la letra, la música, llegamos aquí y le hicimos un arreglo total”, explica. La banda cuenta ya con 13 canciones (solo una es versión, el resto son de autoría propia), pero la idea es seguir ampliando la lista de temas para grabar en los próximos meses. “Hay varias que tenemos que grabar sí o sí”, dice Marcos. “Son canciones largas, la más corta llega casi a los cuatro minutos y la más larga se pasa de los seis”, completa Fabián.

El compromiso

Para poner en marcha un proyecto musical de la nada y ser capaz de compaginarlo con la vida personal y laboral se necesita compromiso. Amarillo 13 se reúne tres veces por semana en el local de ensayo, en O Couto. “Depende de la semana y de las posibilidades, a veces quedamos entre semana, otras veces los fines de semana, a veces de mañana, otras de tarde...”, explica Fabián. “A mí me quita de descansar alguna vez, porque trabajo a turnos. Cuántas veces llego aquí con un pincho en la mano porque todavía no comí, pero vengo aquí porque para mí es muy importante, me lo tomo como un trabajo. Me da igual sacrificar un fin de semana, porque si es el tiempo que tienes para dedicarle a esto y quieres llevar un proyecto musical a buen puerto, tienes que sacrificar algo”, asegura Marcos, que reconoce que no en todas las bandas sucede lo mismo. “Aquí el grado de implicación está claro, no hemos faltado nunca a ensayar en este año que llevamos, hay muy buena conexión y de todos los ensayos siempre ha salido algo”, apunta Diego. “Nos complementamos muy bien y nos entendemos muy bien”, asegura Fabián.

La seriedad con la que se toman la música también influye en el buen funcionamiento de la banda. “No quisimos salir y presentar algo hasta que no lo tuviésemos bien compactado, terminado y claro”, destacan. De hecho, antes del primer concierto (el pasado 20 de abril), ya habían tocado en el cumpleaños de un amigo. “La gente que estaba allí, muchos de ellos amigos que ya nos habían visto ensayar, nos dijeron que bien, pero sí que vimos que todavía había cosas que había que mejorar, y eso hicimos”, recuerda Fabián.

La respuesta del público

Los tres reconocen la alegría de haber recibido buenas críticas tras el primer concierto. “Que la gente no conozca nuestras canciones y que a la segunda vez que canto el estribillo ya lo cante el público... Eso es buen síntoma, la gente estaba saltando ya en el primer tema”, valora Diego. “Nos pidieron que tocásemos otra canción más al acabar, y claro, como tocamos todas las que tenemos, tuvimos que repetir uno de los temas”, apunta Fabián. “Creo que la gente no se esperaba lo que vio, se quedaron bastante sorprendidos, a nadie le resultó indiferente”, completa Marcos, que explica que su mujer ya canta en casa algunas de las letras. “Eso cierra el círculo, totalmente”, apunta Diego. Evidentemente, la buena reacción del público los anima a seguir: “Muchos nos dijeron que sonábamos muy contundentes, como un grupo muy rodado, que no parecíamos nuevos, y eso, claro, motiva a continuar”.

El próximo viernes actúan en la terraza del centro comercial Pontevella, y el día 18, en Ribadavia. Unas fechas llaman a otras, así que esperan completar poco a poco el calendario de conciertos para los meses de verano. Ahora, ese es el objetivo: seguir haciendo camino, seguir componiendo y, antes de que termine el año, grabar.

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