El director barcelonés Miguel Faus y la actriz colombiana Paula Grimaldo hicieron en 2020 el corto ‘Calladita’, en el que se narra como una empleada doméstica se rebela contra el grupo de veinteañeros pijos que celebran una fiesta en la casa en la Costa Brava en la que trabaja. Con más personajes y situaciones hasta alcanzar la forma de un largometraje, la nueva ‘Calladita’ cuenta con la misma actriz en idéntico personaje y en el mismo y aséptico lugar. Ahora entran en escena los propietarios de la casa, una pareja de marchantes de arte, frívolos y elitistas, para quienes el mundo es un escaparate de estupideces una detrás de otra.

 Quizás el principal problema del filme resida en lo estereotipado que terminan siendo estos personajes, lo que resta fuerza a la sátira sobre un mundo burgués de apariencias y egoísmos, demasiado caricaturesco. No es tanto un problema de actuación, pues Luis Bermejo, Ariadna Gil, Violeta Rodríguez y Pol Hermoso no resultan estridentes, sino del contexto y el contenido. Frente a ellos, frente al espejo social deformado que representan, Ana, la chica colombiana, alcanza una cierta madurez –emocional, cultural y de clase– y su previsible proceso de transformación ante las miserias morales de quienes la emplean y le pagan (mal) se erige en el eje vector del relato.